Las docentes de alemán y castellano propusieron un juego en el patio en el que el desafío no era solo divertirse, sino también poner en práctica distintas formas de registrar puntajes y expresar resultados numéricos… ¡en ambos idiomas!
Una experiencia lúdica y compartida que potencia el vínculo entre lenguas y favorece el trabajo conjunto entre áreas.